¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO CAMBIAR?

Hola…¿Os habéis hecho muchas veces ó algunas veces esta pregunta? ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar? ¿Por qué nos resistimos al cambio? Es muy curioso que los seres humanos nos aferremos tanto a eso de…”mejor malo conocido que bueno por conocer…”. Y es que los cambios, en general, nos aterran, y los que tienen que ver con nosotros mismos y muy directamente más.
Por suerte o no, esta vida es de todo menos estática, nada permanece eternamente, por lo menos con la misma forma, sólo el alma permanece… Lo demás va cambiando, va pasando por distintas etapas y ciclos…La naturaleza con las cuatro estaciones, la noche dejando paso al día, nuestro cuerpo, algunas relaciones afectivas, etc, etc, etc.
Y el cambio no es algo negativo, es bueno cambiar siempre que sea necesario, y evolucionar. A veces la vida y nuestro corazón nos piden pequeños cambios, otras cambios mucho mayores, pero uno de los problemas es que no queremos pagar ningún “precio” por esos cambios. Y cómo esos cambios, a pesar de ser positivos para nosotros, conlleven que “podrían influir en otras personas” (o eso pensamos nosotros), peor lo vamos a ver, porque aquí aparece la insufrible culpa…

Realmente, ¿cuánto hay de autoengaño cuando decimos que no podemos cambiar ciertas cosas y ponemos de excusa a los demás? Como, en general, nos han educado en “la falsa bondad”, pues preferimos morirnos a chorreones, pero eso sí, tener a todo nuestro entorno “contento”. Llegados a este punto, yo me preguntaría si estoy viviendo la vida que yo quiero vivir, ó la vida que los demás quieren. Porque lo que muchos llaman egoísmo, otros lo llamamos amor, honestidad y respeto a uno mismo. Y el amor y respeto sinceros a uno mismo trae más amor y respeto hacia los demás, aunque el ruido provocado por el cambio en un primer momento sea muy “escandaloso”, que suele pasar a veces… Son las grandes lecciones de la vida…

Pero toda resistencia al cambio trae unas consecuencias, y estas sí que son mucho peores que las que creemos que vamos a ocasionar en nuestro entorno. Son consecuencias que van directas a nuestro cuerpo y a nuestra alma. Y que pueden dejar heridas muy profundas…

Lo que sí es cierto es que cada persona está en su proceso, que no siempre tenemos las fuerzas suficientes para acometer determinados cambios, que necesitamos nuestro tiempo, pero es muy importante que por lo menos no nos autoengañemos. Y como siempre, siempre os digo, la mejor brújula para no autoengañarnos es saber escuchar a nuestro corazón (lee aquí el post “Donde el corazón te lleve). Él nunca te engañará.
En el vídeo de esta semana de mi canal (os dejo el enlace por aquí), hablamos Sara Pontiveros, Magdalena Rodríguez y yo sobre todo esto, profundizando un poquito más en la resistencia al cambio y en cómo nos afecta. La colaboración de estas dos estupendas mujeres y de Andrés Berzosa y Juanma García, en toda la parte técnica ha sido muy importante para mí en este vídeo, ya que han sido unas semanas un poco complicadas, en las que me he cuestionado algunas cosas y también he tomado decisiones importantes. La colaboración de ellos en este canal y todos los mensajes de cariño y agradecimiento que me han llegado también por distintas vías últimamente sobre este blog y el canal ( y que no me parecen casualidad) son muy importantes para mí. Muchas gracias!

Así que por aquí seguiremos dentro de dos semanas. El Blog y el Canal seguirán de momento los ritmos más tranquilos del verano, y publicaremos cada quince días.
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¡Un abrazo enorme!