Siempre digo que la naturaleza pone a nuestro alcance multitud de opciones que nos ayudan a sentirnos muy bien y a mejorar mucho nuestra salud. Una de ellas es la Aromaterapia, con sus aceites esenciales.
Los aceites esenciales se han usado desde hace milenios por sus potentes y reconocidas propiedades terapéuticas en China, India, Oriente Medio, Egipto, Grecia, América Latina y África. Se olvidaron bastante durante la Edad Media, ya que entonces en Europa se podría decir que hubo una “vuelta a la barbarie” con la consiguiente decadencia general de muchas cosas. No será hasta la llegada de la civilización árabe cuando hay un nuevo auge de la medicina basada en las plantas.
La extracción de los aceites esenciales de las plantas mediante destilación por vapor de agua nace en la época de la revolución industrial y abrirá las puertas de lo que hoy entendemos por Aromaterapia. Fueron los investigadores Gattefossé, Valnet y sus discípulos los verdaderos padres de ella, cuando a principios del siglo XX, a uno de ellos se le ocurrió sumergir sus manos en un recipiente lleno de aceite esencial de lavanda, al sufrir una quemadura de manos debido a una explosión en su laboratorio. El alivio fue instantáneo y la herida se curó muy rápido. Así nació la Aromaterapia moderna…
Es una pena que este tipo de terapias no tengan la acogida que se merecen en la medicina tradicional, ya que son consideradas por algunos de sus sectores como una competencia directa, ó una “mala competencia” también en otros casos, en lugar de verlas como un complemento y ayuda fundamental para nuestra máxima salud. Es nuestra salud lo que debería de estar por encima de todo…
En mi trabajo con las terapias naturales me gusta utilizar los aceites esenciales como complemento a la Reflexología u otras terapias. Y como una de las cosas que más demandamos es poder estar tranquilos y sentirnos con calma, los cuatro aceites esenciales que recomiendo aquí a mí me gustan especialmente para relajarnos por su aroma y propiedades. Sólo el simple hecho de olerlos ya nos puede llevar a un estado de mayor relajación. Si además los ponemos en nuestra piel “entrando en contacto” con nuestro torrente sanguíneo, mucho mejor. Podemos usar estos cuatro aceites como explico en el espliego.
Hay que tener en cuenta que los aceites esenciales no deben usarse en mujeres embarazadas ni en niños menores de tres años.
ESPLIEGO
Es una variedad de la lavanda, con un olor un poco más suave.
Principales propiedades:
*Para quemaduras, llagas, psoriasis, escaras.
*Picaduras de avispa, medusa y otros insectos.
*Relajante muscular.
*Bronquitis, laringitis, sinusitis, rinitis, alergia respiratoria.
*Relajante del sistema nervioso.
Puedes ponerte unas góticas de espliego en el pulso (cara interna de las muñecas) y también unas gotas de espliego en aceite de almendras y masajear zona del pecho y del plexo solar para el sistema respiratorio y/o para relajarte.
MEJORANA
*Tiene un olor más fuerte que el espliego pero también es un aceite muy relajante con propiedades similares al espliego en cuanto al sistema respiratorio y al sistema nervioso.
*Muy buena también para calambres y contracturas musculares, lumbago, ciática y reumatismo.
NARANJA
Los cítricos tienen siempre un aroma muy relajante.
Propiedades:
*Para la ansiedad, nerviosismo, agitación mental.
*Insomnio.
*Problemas digestivos.
BERGAMOTA
Otra variedad de cítricos muy sedante.
Propiedades:
*Para digestiones difíciles, dispepsia, inapetencia, estreñimiento.
*Ansiedad, estrés, depresión.
*Insomnio.
Todos son un gusto para nuestros sentidos y para nuestro cuerpo. Y la naturaleza, como decía al principio, es una maestra en la medicina del bienestar que no deja de ofrecernos ayuda para mejorar nuestra salud…
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Te dejo por aquí debajo enlace a dos vídeos de mi canal sobre masaje de puntos de Reflexología para relajar. Para ello puedes utilizar cualquiera de estos aceites esenciales.