Hola…Este es el quinto post que escribo en la cuarentena debido al coronavirus, y estos últimos días he tenido tantos sentimientos y emociones encontradas, que espero poder plasmarlas bien por aquí y que os sirvan de reflexión y de ayuda.
En mi caso, las primeras semanas fueron muy intensas en cuanto a actividad por diversas circunstancias, aunque a otros ritmos y horarios de los que hubiera llevado si no estuviéramos en cuarentena, cosa que mi cuerpo y mi mente agradecen siempre. Pero la semana pasada ya me notaba especialmente sobrecargada, estando más “hacia fuera” de lo que yo necesitaba y saturada de móvil y whatsapp. La Semana Santa me recordó que es bueno que de vez en cuando nos bajemos de este tiovivo, que a veces gira a una velocidad tan vertiginosa, para poder retirarme a mis días y/o momentos de ermitaña…(leer aquí el post “Una Semana Santa diferente”).
El confinamiento no implica que podamos tener nuestros momentos ermitaños siempre que queramos. De hecho, ha habido días en los que yo me he sentido más expuesta y menos tranquila que en circunstancias “normales” a todo el ruido social, responsabilidades de varios tipos, etc. Y vuelvo a darme cuenta, y a aceptar, que yo funciono de una determinada manera. Vivimos en un mudo dual (existe el día y la noche, el frío y el calor, etc.), por ello, nosotros somos seres duales también, que a veces necesitamos unas cosas y otras lo contrario.
Yo soy una persona que necesita estar con la gente, salir y vivir experiencias en comunidad. Pero también, a la vez, soy una persona que necesita muchos momentos de ermitaña, de soledad, silencio y desconexión. Desde que pude aceptar esto me siento mucho mejor conmigo misma y menos “bicho raro”. Además creo que esto le pasa a mucha más gente, lo que ocurre es que, primero, no lo admiten, y segundo, no se permiten ir en una dirección u otra dependiendo de lo que necesiten (yo, a veces, todavía me “pillo” en el no permitírmelo). Por ello pienso que hay tanta gente que se está sintiendo ahora muy bien en su casa, con esta parada o ralentización de ritmos, ha sido por obligación pero se han encontrado con muchas experiencias, actividades ó no actividades que no se permitían antes. Y es que no tenemos por qué ser sólo la ermitaña ó la reina de la calle, podemos ser ambas a la vez…
Y son esos momentos de ermitaña los que a mí me permiten darme cuenta de mis auténticas verdades y de mis necesidades…
Hablando esta semana con mi marido y también con mis amigas Magdalena y Sara, les ponía en palabras que estos días de menos ruido mental me han hecho darme cuenta de que para mí no tiene ningún sentido volver a la vida normal o a la vida de antes, como quieras llamarlo, de la misma forma que antes. Por más que lo pienso, no puedo, y así lo siento con mucha fuerza desde hace bastantes días. ¿Qué cosas son las quiero cambiar? Pues sinceramente…no lo sé…Y esto me agobió al principio porque salió esa parte de mí que tiene que ser siempre tan eficiente, productiva, súper impaciente y tener la respuesta inmediata a todo, que me dió una poca de caña y me hizo la puñeta. Hasta que te das cuenta que lo mejor que puedes hacer es aceptar con tranquilidad que si no lo sabes, quizás no es el momento todavía de saberlo. Pero no me cabe ninguna duda de que lo sabré a su debido momento, y eso es un gran descanso…
Porque yo me niego a pensar que todo lo que está pasando no va a servir de nada, me niego a sentir que todas las muertes tan duras de las personas que están muriendo sin poder ser acompañadas por sus familias son en vano, que todas las personas que les ha tocado estar en trabajos de “primera fila” y que están currando al 300%, sufriendo algunos de ellos los acosos de ciertos vecinos y personas sin corazón sea para que todo siga igual…Yo no soy responsable de la vida de los demás pero sí soy responsable de la mía propia, y de cambiar lo que sea necesario para que todo esto merezca la pena…Cómo digo muchas veces, sigo creyendo en el ser humano y en su capacidad de cambiar y de resurgir como el Ave Fénix.
Otro regalo de los momentos ermitaños ha sido ser consciente de cómo han salido de nuevo en esta cuarentena ciertas partes de mi, algunas de ellas me gustan mucho y otras no tanto…Esos “personajes” pueden incluso ahora cobrar más fuerza en algunos momentos en esta “reclusión”. Por ello, la meditación guiada por mí de mi canal de YouTube de esta semana es para reconciliarnos con esas partes de nosotros que no nos gustan y que nos boicotean muchas veces. Os lo explico todo en la intro al vídeo. Cualquier meditación de este tipo también os va a ayudar a estar más relajados, más tranquilos y a dormir mejor. Os dejo el enlace por aquí.
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Os deseo todo lo mejor y sed muy muy felices, allá donde estéis…
¡Hasta la semana que viene!
Hola Virginia!!
Gracias por acompañarnos en esta cuarentena con tus post y tus meditaciones, a decir verdad, para mí no ha supuesto ninguna parada, más bien todo lo contrario, tal es así, que más que encontradas, yo diría que mis emociones están alborotadas y desordenadas, pocos han sido los momentos de calma que he tenido desde que empezó todo esto.
Dicen que habrá cambios , que tardaremos en volver a la «normalidad»…, quizás no volvamos nunca porque quizás » la normalidad era el problema», mientras tanto encantada de compartir por aquí contigo
Un beso …, virtual… pq esto parece que tb cambia, en cualquier caso, besos, cuantos más mejor, no crees? ?
Paqui, y yo más encantada de compartir este espacio contigo y con todas las personas que se asomen por aquí. Estoy de acuerdo contigo, seguramente esa “normalidad” es la q tenía sus limitaciones y la raíz de muchos problemas…Siento esos días y momentos de tanto alboroto interior, esto nos está sacudiendo de muchas y diferentes maneras, confío en q sea siempre para el mayor bien de uno mismo, pienso q sí… Y espero q las meditaciones puedan ayudarte un poquito a encontrar la calma, ese es uno de los objetivos por el q las hice, para q podamos encontrar serenidad en el mejor sitio donde podemos hacerlo, contigo misma.
Un millón de besos y abrazos virtuales!??
Gracias por hablar de este tema, no te imaginas lo identificada que me veo. Parece que estoy hablando contigo?????
Me alegro mucho María! Es q tengo la sensación que esto es más generalizado de lo que creíamos…Reconforta que nos podamos sentir entendidos y no juzgados. Un abrazo enorme ????